lunes, 20 de julio de 2009

La afinacion de la bateria


Guía de la MD para afinar la batería.
Por Rich Watson (extraido de la revista modern drummer, marzo de 1994)

Aunque la afinación de la batería en el jazz tradicional y en el heavy metal tiene sus propias convenciones, la afinación en la música pop, alternativa, hardcore, R&B contemporánea y fusión, continua siendo contextual, es decir, se realiza y se adapta especialmente a canciones y situaciones específicas. “El tipo de música e incluso el tempo de la canción pueden influir en la afinación”. Los productores de discos buscan nuevos métodos y sonidos que los ayuden a diferenciar su proyecto del resto. Esta flexibilidad ofrece nuevas oportunidades para la expresión musical, así como también la responsabilidad adicional de poder producir no sólo un gran cuadro sonoro, sino varios.
¿Estás indeciso acerca de cómo afinar la batería? Analiza las cualidades de los sonidos de batería de tus ejecutantes favoritos. ¿Sus tambores suenan altos o graves, brillantes o suaves? ¿El ataque es afilado o redondo? Luego piensa como podrías modificar ese sonido para que refleje tu personalidad, tus gustos, tu técnica, así como también las características físicas de tu batería.
La afinación de la batería es una cuestión de gusto, es personal. Pero no hay que interpretar la variedad de métodos y sonidos de los bateristas de hoy como una licencia para ser ambiguo o indiferente con la afinación. Debes formarte una idea acerca de los sonidos de batería que se usan en estilos particulares de música, incluso (o especialmente) los estilos que no estás tocando actualmente. Si te das cuenta de que tus ideas disgustan a los músicos e ingenieros de sonido con los que trabajas, entonces replantéatelas nuevamente.
Aún cuando no existen reglas que digan lo que constituye un “buen” sonido de tambor, las leyes acústicas y algunos principios de sentido común determinan como producir o evitar algunas características sonoras. El someterse a ellos, o al menos el saber como usarlos a tu favor, te ayudará a: a) obtener el sonido que buscas, b) obtener el sonido que un productor desea conseguir, y c) enfocarte en tu manera de tocar y sentirte confiando haciéndolo al eliminar un factor que solías considerar como “fuera de control”, y que empañaba tus aspiraciones musicales.

El gran cuadro

La producción de un buen sonido de tambor no es difícil, pero debido al número de factores involucrados, es compleja. La clave está en no considerar ningún factor de manera aislada, sino en pensar como dichos factores influyen entre sí, en su interacción. La manera en que estos factores interactúan se puede clasificar en las siguientes categorías o niveles de interacción:
Componentes del sonido: Los componentes básicos que interactúan en el sonido de un tambor son: la altura, (lo agudo o grave de un sonido); el tono (lo brillante o lo oscuro del sonido, determinado por el contenido armónico); el sustain (la duración de la resonancia del sonido); la articulación (la definición del ataque); y la proyección (la fuerza del sonido para desplazarse). Existen dos propiedades que no afectan directamente el sonido, pero que son afectadas por las ya mencionadas, y son la respuesta de la baqueta y la durabilidad del parche.
Partes del tambor: La tensión de cada tornillo tensor interactúa con la tensión del los demás tornillos tensores, al igual que la membrana superior lo hace con la membrana inferior; ambas membranas interactúan con la caja, los aros y con cualquier dispositivo para apagar el sonido; la caja interactúa con el herraje; y la frecuencia de cada tambor interactúa con las frecuencias de los demás tambores.
El lugar donde se toca: El sonido de los tambores interactúa con la acústica de la sala, con la capacidad de reflexión y de absorción del sonido del piso, del techo, las paredes, el mobiliario, y la gente que esté en el local. El sonido también interactúa con el aire, es decir, con la distancia que debe recorrer.
Y como si no fuese suficientemente complicado, los factores de cada uno de estos niveles interactúa con los factores de los otros dos. Ninguno de los principios involucrados en la afinación es difícil individualmente. La mayoría de ellos son fáciles de entender si se mira al instrumento con un poco de sentido común.
Ahora que se tiene una visión general del asunto, enfoquémonos en los elementos físicos específicos del sonido de un tambor.

Tipos de parches

Los parches (membranas) son las partes del tambor responsables en gran medida por el sonido que éste produce, y son los elementos sobre los cuales se tiene mayor control. Durante muchos años la mayoría de los parches de batería se hacían de piel de ternero. Estos parches todavía son usados por los devotos, pero son raros y costosos. La invención de los parches plásticos a finales de los 50 eliminó los problemas asociados con la piel de ternero, especialmente su susceptibilidad a los cambios climáticos. Con el transcurso de los años se han creado variaciones interesantes en el parche original de Mylar (la película de poliéster inventada por Dupont), las cuales permiten modificar el sonido de los tambores de diferentes maneras.
Aunque existe una gran variedad de parches de tambor, existen algunos principios generales que podrían ayudarte a encontrar los modelos que satisfagan tus necesidades.
Grosor de las capas: Llamado también “peso”, el número de capas de un parche y el grosor de cada una influye de manera significativa en el sonido de un tambor. Generalmente los fabricantes miden el grosor de las capas en milésimas (una milésima es igual a 1/1000), o en gauges, donde 500 gauges equivale a 5 milésimas. En general, los parches gruesos necesitan un mayor impacto de la baqueta para que se muevan y vibren. A una misma tensión, los parches gruesos vibran más lentamente que los parches delgados, y producen un sonido más grave y gordo. Por el contrario, los parches delgados generalmente dan un sonido brillante y con mucha resonancia. Los números en la lista de los parches se refieren al grosor (en milésimas) de la capa principal del parche (el batidor, el resonador externo, o el parche del chirriador), y si aplica, al de la segunda capa. El grosor del punto de refuerzo central de los parches no está incluido en estas cifras.
Superficie sonora: Los parches sin revestimiento producen mayor volumen, sustain, y tienen mayor rango armónico. (Los revestimientos, los “orificios de ventilación”, los aros atenuantes, las capas extra y todos los dispositivos para apagar el sonido, suavizan o eliminan los armónicos). Sin embargo, el sustain y una gran cantidad de armónicos pueden afectar negativamente el foco de la altura y la definición del ataque del sonido. Algunas personas dicen que pueden escuchar sutiles diferencias tonales entre los parches claros, opacos, nebulosos o los blancos lisos.
La razón más obvia para escoger parches con revestimiento es su idoneidad para tocar con escobillas. El sonido scratch, aunque es muy sutil cuando se toca con baquetas, es muy apreciado por algunos bateristas, productores e ingenieros de sonido por el “filo” que le da al ataque, especialmente cuando se microfonea el tambor de cerca. Pero en estos días, como el uso de las escobillas es menos común de lo que solía ser, la mayoría de los bateristas escogen parches revestidos debido a su sonido sutilmente más redondo y dulce. Las fórmulas del revestimiento, los colores, el efecto tonal y la durabilidad varían entre los fabricantes.
Parches con “punto” de refuerzo: Los círculos de refuerzo colocados en la parte superior y/o inferior del área central de los parches batidores refuerzan su durabilidad. (Este tipo de parches no es recomendado para el parche inferior o resonador del tambor). Este punto acentúa las frecuencias de los medios y enfatiza la articulación del sonido al agregar masa al parche y reducir su vibración. El diámetro y el grosor del punto varían con los modelos y los fabricantes.
Parches con aros atenuantes: Puede considerarse como un concepto opuesto al del punto de refuerzo, y consiste en una capa de material atenuante alrededor del perímetro del parche que atenúa los armónicos, lo que permite resaltar el sonido fundamental del tambor, así como también la definición del ataque. La compañía Remo fue la pionera del aro atenuante moderno con su modelo Pinstripe, cuyas dos capas están pegadas en el borde con una fina capa de adhesivo. La compañía Aquarian adoptó este diseño para sus parches Performance II. Actualmente son comunes los parches que tienen un aro hecho con el mismo tipo de película plástica del parche mismo, el cual hace contacto con el lado inferior del parche en su perímetro. Cada fabricante ofrece al menos una línea con este tipo de aro atenuante “interno”.
Parches que simulan la piel de ternero: aunque los parches de piel de ternero verdadero han pasado de moda, un número creciente de fabricantes está desarrollando parches que intentan simular su sonido cálido y algo seco, así como también su aspecto y la sensación al tocar con escobillas. Los modelos Vintage de Aquarian, el Calflike de Attack y el Fiberskyn 3 de Remo tienen revestimientos especiales que intentan maximizar las frecuencias bajas y medias. Los parches Renaissance de Remo están hechos para sonar y sentirse como parches de ternero, y para obtener una respuesta más suave y menos rígida de la baqueta.
Parches ventilados: Este es un modelo exclusivo de Evans, cuyos parches Dry para redoblante y bombo tienen pequeños agujeros a ¾ pulgadas del aro que sirven para eliminar parcialmente la vibración, reduciendo así los armónicos agudos sin afectar la respuesta física o las características del ataque del tambor.
Parches de doble capa: Dos capas de parches son mejores que una si lo que quieres es durabilidad y reducción de armónicos. Su gran masa también vibra más lentamente, por lo tanto producen un sonido más grave que los parches de una sola capa a la misma tensión. La respuesta de las baquetas al rebotar en parches de doble capa es ligeramente más lenta.
Parches hidráulicos: El aceite colocado entre dos capas inhibe muchos más la vibración del parche, lo que hace que los parches hidráulicos sean los más “secos” de todos. El tono es sacrificado casi por completo a favor de un ataque más definido. La respuesta de las baquetas en estos parches es más lenta que la de los parches convencionales.
Parches de máxima durabilidad: Algunos parches están diseñados para los que les gusta golpear muy fuerte. Los parches BlasBeat de Attack tienen dos capas de diez milésimas de grosor cada una. La serie Falams II de Remo tienen una capa de Kevlar, el mismo material que se usa en los chalecos antibala. La reducción de armónicos y la respuesta de las baquetas varían en los parches de máxima durabilidad, dependiendo del grosor total del parche y de la rigidez del material laminado. No se recomienda usar este tipo de parches como parches resonadores, ni para tocarse con escobillas.
Parches de chirriador, resonadores de toms, y frontales de bombo: Disponibles en grosores de dos a cinco milésimas, los parches de chrirriador son más delgados que los batidores. Los parches de chirriador Hi-Performance de Aquarian están reforzados en el lugar donde los alambres suelen romperse y agujerear el parche. Todos los fabricantes ofrecen parches hechos específicamente para la parte frontal del bombo y para la parte de abajo de los toms. La mayoría de ellos son medios y delgados para permitir la resonancia. La mayoría de los fabricantes ofrecen ahora parches de bombo con una abertura. Esta abertura facilita la colocación de un micrófono dentro del tambor, la cual interrumpe el “recorrido” natural de la vibración del parche, reduciendo así la interacción entre el parche batidor y el frontal. Las aberturas pueden estar en el centro del parche, o fuera del centro, a una distancia equidistante del centro y del aro. Las aberturas más grandes eliminan mayor resonancia que las aberturas pequeñas.


Condición de los parches

La condición del parche es tan importante como el tipo y el grosor. Un parche roto, abollado, estirado en el aro, o muy deteriorado, suena de manera similar a un tambor cubierto con lodo, lo cual hace más difícil aun la afinación. Piensa en el cambio de los parches como el cambio de aceite de un carro: no importa cuanto tiempo han estado puestos, sino que tan frecuente y que tan fuerte los has golpeado.

El borde del tambor

En el pasado, la mayoría de los defectos de los bordes de los tambores se debían a pequeños errores en el control de calidad de las fábricas. En general, la calidad de las baterías construidas en los últimos diez años ha mejorado notablemente, por lo que los bordes no son tan problemáticos como antes. Pero como precaución, el mejor momento para revisar los aros es cuando los tambores están nuevos, antes de comprarlos. Si parece un poco incómodo, recuerda que un borde en buenas condiciones es absolutamente crítico para la calidad del sonido del tambor. Un borde “falso” te molestará en tanto seas dueño del tambor.
Te pertenezcan a ti o a la tienda de instrumentos, quita el parche del tambor y examina el borde. Debe estar libre de abolladuras, mellas, muescas o cortes. También debe ser perfectamente plano. Revisa esto colocando un cuarto de sección del borde del tambor en un mostrador de mármol o de Formica. (Estos materiales suelen ser planos, comparados con la madera y el metal.) Mientras presionas hacia abajo el tambor, observa si hay vacíos de contacto entre el borde y la superficie de trabajo. El examinar una sección del tambor a la vez permite aislar cada problema, y al mismo tiempo minimiza la influencia que pudiera tener los defectos de planura de la superficie de trabajo. Rota el tambor a la siguiente sección hasta que hayas revisado todo el borde.
Si eres meticuloso, coloca una hoja de papel negro mate entre el casco y el vidrio, oscurece el cuarto, y prende una linterna o bombillo dentro del tambor. La luz saldrá horizontalmente por las irregularidades de la superficie del casco.
El borde inferior del redoblante es un poco más difícil de analizar debido a los nichos del chirriador, que son las ligeras concavidades (en el borde de apoyo) que permiten tensar uniformemente el chirriador sobre la superficie del parche. Al igual que el resto del borde, los nichos del chirriador pueden estar dañados, presentar irregularidades, o tener la profundidad equivocada.
Busca las fallas obvias en los bordes y nichos del chirriador, pero a menos que seas un carpintero con mucha destreza, ni siquiera pienses en lijar o en aplanar tus tambores. Dirígete directamente a un lugar donde reparen tambores que tenga buena reputación.
Para revisar la redondez de la caja de resonancia mide su diámetro desde varios puntos opuestos. En un tambor perfectamente redondo todas las medidas deben ser iguales. En un tambor no tan redondo algunas de las medidas serán más grandes que otras. La redondez imperfecta no es tan dañina como un borde malo, pero un tambor muy deformado no permitirá que los parches se afinen apropiadamente, y por lo tanto te servirá mejor como matero o como mesa para el café.

Asentando el parche

Un parche debe estar asentado para poder afinar apropiadamente. En primer lugar, coloca el parche sobre el casco. El diseño del collar de los parches varía de un fabricante a otro, así que si el parche que has escogido no encaja bien, prueba con otra marca. El problema más común es cuando el parche queda muy ajustado y su collar queda sobre el borde del tambor (en lugar de la parte plana del parche). La distancia del aro del parche al borde del tambor debería ser igual alrededor de toda la circunferencia. Aprieta con los dedos los tornillos hasta que toquen el aro metálico. Luego, usando una llave de afinación, aprieta un tornillo (por ejemplo, el que está en la posición de “las doce”) dándole una vuelta y media. Luego haz lo mismo con el tornillo que está en la posición opuesta (el de las seis), apretándolo con el mismo número de vueltas, y así con el resto (tres, nuevo, cuatro, diez, etc.). El propósito de apretar gradualmente en la secuencia descrita es el de estirar uniformemente el parche del collar. Mientras cada tornillo presiona el parche sobre el borde, los tornillos subsecuentes no se sentirán apretados, así que presta atención al número de giros, no a que tan apretado se siente el tronillo sobre el aro.
Regresa al primer tornillo y repite el proceso en el mismo orden hasta que el parche quede muy apretado-significativamente más apretado de lo que lo quieres. (El crujido que se escucha es el exceso de pegamento -epoxy – que se desprende del collar.) Presiona el parche firmemente hacia abajo con la palma de la mano. Esta presión y el “sobreapretamiento” harán que el borde del tambor cree una pequeña impresión en el plástico que se “asentará” fielmente en la caja durante el tiempo de vida del parche.
Debido a que el parche se amoldará a las variaciones de redondez de la caja del tambor, y hasta cierto punto a las pequeñas imperfecciones del borde, es una buena idea marcar el parche y un punto fijo en la caja. También se puede alinear el logo del parche con el orificio de aire del tambor. De esta manera, si tienes que quitar el parche temporalmente (como por ejemplo para sacar la llave de afinación que inadvertidamente dejaste dentro del tambor), podrás realinearlo rápidamente en el sitio en donde encaja mejor.

Afinación general

Así como cada persona posee un rango vocal cómodo, cada tambor tiene un rango dentro del cual tiene mayor resonancia y es más fiel a su carácter. El carácter de un tambor está determinado por el diámetro, la profundidad y el grosor de la caja, así como también por la forma del filo del borde, la masa y la densidad de la madera. Aunque algunos bateristas evitan deliberadamente este rango óptimo para enfatizar algunas propiedades del sonido más que otras (mira el cuadro de tensión del parche), la mayoría busca explotarlo, permitiendo a cada tambor afinarse a sí mismo, hasta cierto punto. Aquí está la forma en que se hace:
Amortigua el parche superior colocándolo al revés sobre una alfombra, una almohada o una silla de batería. Afloja el parche inferior hasta que los tornillos no toquen el aro metálico. Luego reaprieta cada uno hasta que vuelvan a tocar el aro nuevamente. Aprieta un tornillo dándole una o dos vueltas, luego haz lo mismo con el tornillo opuesto. Sigue la misma secuencia para apretar descrita anteriormente. Continúa apretando los tornillos en el mismo orden, dando golpecitos en el parche con una baqueta, aproximadamente a una pulgada de cada tornillo, hasta que el parche empiece a producir un sonido, y eventualmente, una nota identificable.
Regresa al primer tornillo. Mientras golpeas en ese punto, afloja el tornillo hasta que el parche deje de resonar, entonces apriétalo de nuevo hasta que regrese el sonido. Cuando hayas hecho esto con todos los tornillos, habrás llegado a la afinación uniforme más baja de ese parche particular en ese tambor particular. (Obviamente, los tambores de diferentes tamaños tendrán diferentes rangos de notas, al igual que los diferentes tipos de parches.) Todo este apretar y aflojar puede parecer tedioso, pero es una manera segura de obtener una afinación uniforme en todo el parche. Golpea en cada tornillo para volver a chequear la altura. Ajusta los que estén más altos o bajos que el resto. Este es un buen momento de empezar a documentar los resultados de todo el trabajo de comparar el tono del tambor con un instrumento de referencia como un afinador o un piano. Es trabajo extra, pero probablemente tendrás que hacerlo una sola vez(o muy de vez en cuando), y podría ahorrarte mucho tiempo y frustración a la larga, así que manos a la obra, determina la nota y anótala.
Ahora voltea el tambor de manera que el parche inferior quede amortiguado. Repite todo el proceso con el parche superior. El tambor está ahora en su sonido fundamental, la nota más baja, con mayor volumen y resonancia que puede producir con esa combinación de parches. Este tono es la base de la primera “región de afinación”, un pequeño rango dentro del rango total del sonido óptimo del tambor.
Coloca el tambor es su paral o montura. Empleando la misma secuencia aprieta cada tornillo del parche superior ligeramente hasta que el sonido del tambor sea aproximadamente un semitono más alto. Ahora toca el tambor en diferentes dinámicas prestando atención a su riqueza armónica, el sustain, la proyección, la definición del ataque. Continúa apretando medio tono cada vez. Determina si cada combinación de tensión entre los parches superior e inferior es complementaria (si se produce un sonido en el cual todo el tambor vibra y resuena) o “agria” (un sonido que se aparta de la resonancia del tambor).
Cuando el tambor empiece a sonar mal regresa el parche superior a su sonido base y sube el parche de abajo medio tono (la siguiente “región de afinación”). Luego prueba diferentes tensiones del parche superior con ese sonido más alto del parche inferior. Por supuesto, cada vez que se suba la altura del parche inferior, tendrás más combinaciones posibles de tonos ya que puedes también afinar el parche superior más bajo que el parche inferior. Sigue escuchando y anotando las combinaciones de tonos y tu evaluación de ellos.
El rango efectivo de afinación de cada tambor es relativamente pequeño. Algunos tambores tienen cuatro regiones de afinación; otros tienen una o dos. Por esta razón no tendrás que jurungar tus tambores para siempre. El registrar tu esfuerzo evitará que consigas combinaciones indeseables en el futuro. La meta consiste en golpear el parche, consultar tu referencia de afinación, y llegar directamente al sonido de un tambor perfectamente afinado. Este es un ejemplo del tipo de registro que deberás realizar:


Tom 12”-región de afinación 1 Parche superior: Fiberskyn 3 de una capa- nota si bemol
Parche inferior: Clear- nota re
Comentarios: brillante, resonante, bueno para be-bop (puede necesitar amortiguación en una sala pequeña)


Toma 12”-región de afinación 2
Parche superior: coated Thin Skin-2 double-ply- nota sol
Parhce inferior: Thin skin- 1- solo
Comentarios-¡gordo!, un poco flojo, buena resonancia cuando se lo golpea muy fuerte.


Al anotar los sonidos desagradables así como los realmente buenos, crearás una referencia para futuros toques o para el momento en que un productor te diga “no estoy seguro de lo que quiero, pero no es eso”, o “más azul, menos púrpura”. En lugar de adivinar en un momento de mucha ansiedad,sabrás exactamente como obtener diferentes tipos de sonido.
Se recomienda a los principiantes aprender esta técnica de afinación en un tom de 12 pulgadas, utilizando el mismo tipo de parche en el lado superior e inferior del tambor, preferiblemente los transparentes o revestidos blancos, los cuales no alteran el potencial sonoro del tambor.
El entendimiento de los rangos óptimos de afinación (regiones de afinación) de tus tambores puede ayudarte a lograr tus metas de afinación, pero el apegarte a ellos es una cuestión de elección. A veces el llevar un tambor a los extremos es precisamente lo que lo hace especial. El apretar un redoblante más allá de su resonancia óptima para que suene “ping”, o un tom para que “ladre” o para que se parezca a un timbal, o aflojar un granadero hasta el punto de que las arrugas lo hagan “gruñir”, pueden ser efectos que se adapten a tus gustos o necesidades musicales. No tengas miedo y experimenta.

Tensión uniforme vs. Tensión variada

Una tensión uniforme de los tornillos produce el sonido más lleno, con el mayor volumen y sustain posible. Sin embargo, algunos bateristas prefieren desafinar uno o dos tornillos del parche batidor, usualmente los más alejados del área de ejecución. Esto baja la altura del sonido, reduce la resonancia, agrega complejidad armónica, exagera el pitch bend, y ayuda a eliminar la interacción armónica entre los tambores. De igual forma, esto ocasiona una reducción en el volumen y el sustain.
Cuando la tensión de los tornillos no es uniforme, particularmente cuando la afinación general es alta, el sonido resultante del tambor es un poco “agrio”. El desafinar un tornillo del parche inferior también puede ayudar a eliminar la interacción armónica, y el aflojar un poco los tornillos más cercanos a los nichos del chirriador en el parche inferior, puede ayudar a reducir el zumbido de los bordones causada por la interacción con los toms adyacentes.

Afinación específica de un tambor/relaciones de afinación entre los parches

Un área comúnmente descuidada del sonido de un tambor es la relación que existe entre la tensión del parche batidor y el parche resonador. “Muchos bateristas agarran sus llaves y tratan de afinar el tambor sólo con el parche superior como si éste no tuviera un parche inferior”, dice Craig Randall. “La relación entre los dos parches es la que crea el sonido total del tambor. Trabajo con un baterista que usa toms muy pequeños. Pero debido a que él sabe que parches utilizar, y como afinar tanto el parche superior como el inferior, los tambores producen un sonido inmenso.”
De igual forma, aún los bateristas que diligentemente reemplazan los parches usados con frecuencia olvidan o aplazan el reemplazo de los parches resonadores. Si te das cuenta de que te cuesta producir un buen sonido de tambor, haz la prueba y compra-y afina concientemente- el parche inferior del redoblante o del tom, o el parche frontal del bombo.
Existen tres variaciones básicas de la tensión relativa entre el parche batidor y el resonador: la misma tensión en ambos parches, el parche batidor más apretado, y el parche batidor más suelto. Estas combinaciones producen resultados relativamente confiables. (Vea el cuadro de tensión relativa). Recuerda realizar ajustes debido a las diferencias en el tipo de parche, el peso, sordina, etc. Mientras decides como quieres que suene cada tambor, recuerda su rol dentro del contexto de toda la batería. Como ya se dijo, la clave es la interacción.
El bombo: Muchos bateristas de hoy buscan un sonido de bombo que sea lleno y resonante, pero articulado y enfocado. Estos objetivos, aparentemente contradictorios, se han podido lograr debido al diseño de algunos buenos parches de bombo con sordinas-el Super-Kick I de Aquarian, el No overtone de Attack, el Powerstroke 3 de Remo, la serie EQ de Evans, y el Matchedplay de Premier- que eliminan la necesidad de emplear métodos truculentos e inútiles para apagar el sonido.
Como en cualquier tambor, la desviación del tono fundamental de la caja de resonancia del bombo reducirá el volumen, el sonido y el sustain. Sin embargo, muchos bateristas renuncian a la optimización de estas cualidades en el bombo y prefieren un sonido más grave y una mayor definición del ataque. Un método típico consiste en aflojar el parche batidor, incluso hasta el punto de que el parche se arrugue. Aún sin sordina, esto reduce la resonancia y la interacción entre los dos parches, al tiempo que produce el carácter en el ataque comúnmente llamado “punch”.
El redoblante: “En los 80 solía usarse una reverberación grande pasada por una compuerta para hacer sonar la batería lo más grande posible; o le agregaban un poco de ruido blanco al redoblante,” dice Craig Randall. “Hoy en día existe una tendencia hacia lo que llamo el ‘boing’ del chirriador. Esa estela solía ser apagada o eliminada con una compuerta, pero ahora es parte de un sonido más natural. Si no te gusta, el ingeniero puede eliminarla más tarde con una compuerta o mediante la ecualización. Pero aunque puede ser enfatizada al resaltar ciertas frecuencias, este “boing” no puede ser re-creado si ha sido eliminado con una sordina o con la afinación desde el principio. Si se emplea un sonido lo más “vivo” posible se tendrán más opciones para manipularlo después. Deja que los tambores canten y resuenen.”
La función del redoblante es bastante diferente de la de los demás tambores de la batería. El redoblante es la daga en el club del bombo y los toms. Su sustain es corto por naturaleza, y su ataque es mucho más incisivo. Para cumplir de la mejor manera su rol de puntuador y atravesar el bullicio de los instrumentos amplificados los dos parches del redoblante deben estar al menos apretados moderadamente. Debido a que la tensión del parche inferior determina la respuesta del chirriador, una tensión entre moderada y apretada del chirriador, y un parche inferior muy apretado, pueden producir un sonido rápido y crujiente. Un parche inferior suelto y una tensión del chirriador suelta o moderada producen un sonido más “regado” y blando. Un parche superior suelto es muy bueno para el funk y el fatback, pero esto definitivamente hará que la respuesta de las baquetas sea muy lenta. Además, debido a que el ataque y la altura de un redoblante afinado con poca tensión no se distinguen cuando suenan los demás instrumentos de la banda, es necesario utilizar un micrófono.
Zumbido del chirriador: El zumbido es un hecho. La batería es un entorno y el zumbido del chirriador es parte de ese entorno. Las hebras del chirriador hacen precisamente aquello para lo cual fueron creadas -responder a la vibración del parche. Sin embargo, este zumbido apenas se escucha en las presentaciones en vivo debido al volumen de los demás instrumentos.
Suponiendo que las hebras del chirriador y el nicho estén en buenas condiciones, existen algunas soluciones para evitar el zumbido causado por la interacción del redoblante con los demás tambores e instrumentos. Se puede tener un poco de control sobre los toms cuyas frecuencias “activan” el chirriador. En primer lugar identifica el tambor que ocasiona el zumbido. Prueba cambiando su posición. Luego intenta subir o bajar su tono a una nota no simpática. Prueba también a afinar los tornillos que están al lado del chirriador, tensándolos o aflojándolos. En último caso, coloca cinta adhesiva en ambos extremos del chirriador.
Los toms: La complejidad armónica inherente a un cilindro con membranas vibrantes en ambos extremos tiende a oscurecer las notas musicales exactas. Sin embargo, si se empareja cuidadosamente la nota fundamental de los dos parches, y se apagan adecuadamente los armónicos, se podrán obtener notas reconocibles. Dichas notas pueden sonar melódicas en una tonalidad, pero pueden sonar fuera de lugar en otra, creando así disonancias entre un tambor y el resto de los instrumentos de una banda. (Considera el hecho de que los buenos triángulos están diseñados para no producir una nota reconocible con el fin de evitar conflictos con los otros instrumentos de la orquesta.) Esto no quiere decir que debas evitar la afinación de notas exactas, pero tienes que estar consciente de los posibles “efectos secundarios”.
Las notas fundamentales de los toms pueden afinarse en varias combinaciones de terceras mayores o menores y de cuartas justas. Steve Houghton (baterista, autor y docente) se dio cuenta de que la batería de Mel Lewis estaba afinada (probablemente de manera inconsciente) en la segunda inversión de la tríada de si bemol mayor- el granadero en fa; el tom del medio en si bemol; el tom agudo en re. El redoblante estaba afinado en mi bemol, medio tono más alto que el tom agudo.
Nadie ha profundizado el concepto de la batería melódica tanto como Terry Bozzio. El empleo de un gran número de tambores le permite explotar diferentes notas sin entrar en conflicto con la melodía o la armonía de la música que él toca.
Terry afina sus toms graves en cuartas justas porque es un intervalo grande que le permite lograr una buena diferenciación de alturas en esos tambores sin tener que confinarse en una tríada tonal específica. “No me gusta escuchar el sonido de la diana en una tonalidad redundante cada vez que subo y bajo en los toms!” Él intervalo entre sus dos bombos de 22 pulgadas es una tercera menor, que él considera suficiente para diferenciar ambos tambores “sin desigualar el carácter de los mismos.”
Como pueden ver, diferentes bateristas tienen diferentes ideas acerca del rol “melódico” de sus baterías dentro del contexto de la música que tocan. Sin importar la manera en que se relacionen las alturas de sus tambores, la mayoría de los bateristas busca consistencia en las demás propiedades del sonido de los toms. Todos deben tener el mismo color (oscuro o brillante), el mismo sustain (seco o resonante), y la misma articulación (afilado o redondo). La excepción es cuando un tom es usado como un efecto, o para simular otro instrumento, como un timbal, un timpani o un bombo sinfónico. En tal caso su carácter debe diferenciarse del “grupo de toms”, y debe sugerir el instrumento al que está imitando.

Tensión relativa

La misma tensión en ambos parches: Aumenta el volumen, el sustain y la
riqueza tonal, si la tensión está dentro del
rango de sonido optimo del tambor.

Parche superior más apretado: Da un sonido más profundo sin comprometer
el rebote de las baquetas. Promueve una
buena articulación y un poco de pitch bend
si la afinación general no es muy tensa.

Parche superior más suelto: Enfatiza el ataque y la proyección. Promueve
el pitch bend si la afinación general no es
muy tensa

El sonido de batería en el estudio y en el mundo real

Durante la década de los 90, en los estilos de música pop se redujo el abismo existente entre los sonidos de batería de las grabaciones y el sonido que ellas producen realmente. Hasta cierto punto los grandes sonidos de batería han pasado de moda y han dado paso a una resonancia más íntima y cercana. Sin embargo, los ingenieros de grabación todavía procesan la señal para “endulzar” el sonido, lo cual no se puede lograr acústicamente. Si tienes micrófonos y buenos efectos de sonido para procesar tu batería, muy bien. En caso contrario, establece metas realistas acerca del sonido que pueden dar tus tambores, esfuérzate en lograrlas, y no te preocupes por lo demás.


La proyección del sonido

La proyección del sonido de un tambor no amplificado puede verse afectada por varios factores “externos”, que incluyen el tamaño y la forma de la sala, las propiedades acústicas de su superficie, y la cantidad de personas que se encuentran dentro de ella. A excepción de cuando se toca en un cuarto pequeño y acústicamente vivo, cuando se trata de baterías sin micrófonos, el público recibe un sonido diferente del que escuchas cuando la tocas. Entonces la pregunta es: “¿Tengo que afinar para mí y para la banda, o para el público?”
Algunos bateristas buscan un sonido gordo y con punch cuando practican y ensayan, por tres razones válidas. Primero, esta afinación puede sonar un poco como la de sus grabaciones favoritas. En segundo lugar, como la afinación es un poco “más tranquila”, reduce la fatiga del oído. Tercero, incrementa la definición del ataque, lo que facilita el análisis y el dominio de los veloces fills que tanto les ha costado aprender.
Los problemas ocurren cuando los bateristas y sus compañeros de grupo se acostumbran a este sonido, y lo llevan total o parcialmente a presentaciones en donde deben tocar sin micrófonos. Dependiendo del volumen en el escenario la batería puede sonarle bien al baterista y al grupo. Pero lo que suena seco en tarima generalmente es nulo cuando llega a quince o veinte pies de distancia. Por el contrario, los tambores que parecen “ruidosos” y con poca definición, generalmente proyectan un sonido más musical, incluso más allá de la primera fila. Al igual que el zumbido del chirriador, gran parte de la incómoda resonancia será cubierta por el sonido total de la banda, y a excepción de la mayoría de las salas con mucha reflexión acústica, las altas frecuencias del tambor no llegarán a la audiencia.
Para beneficio de todos, acostumbra tus oídos y los de tus compañeros de grupo a la afinación que suene mejor para el público. Si tocas un estilo que pide un sonido grave, blando, o tambores con sordina (o si sólo te gusta ese sonido), y estás tocando en una sala con mucho volumen, usa micrófonos. Cuando sea posible, párate en medio de la sala durante la prueba de sonido y pídele a alguien –un baterista preferiblemente- que toque la batería con la banda. Luego suma el efecto del ruido en la sala y la absorción acústica de la gente y complace a los productores que esperas que se presenten. Después de todo, en gran parte es por ellos que te preocupas por cómo suenan tambores.

Caja de resonancia, aros y herraje

La vibración del parche es la que en realidad produce el sonido del tambor, pero la caja de resonancia es la que da el carácter a dicho sonido. El tamaño y el grosor de la caja, el tipo de madera o metal, y el ángulo del borde de apoyo tienen, en conjunto, un efecto dramático que define el sonido que produce el tambor. Debido a que los bordes son los puntos desde donde se transmite la vibración del parche al casco, su uniformidad tiene mucha importancia.
Aros: Debido a que los aros moldeados (die-cast) son más gruesos y más rígidos, son capaces de exponer las imperfecciones del borde de apoyo. Por el contrario, los aros estándar presionados, estampados y doblados, que tienen entre 1.5 a 2.3 mm de grosor, son menos rígidos, y se adaptan mejor a las pequeñas fallas del borde. Desafortunadamente, el control de calidad de los aros doblados no es lo que debería ser. Muchos no son perfectamente redondos, y la porción de ellos que va sobre el collar del parche no es perfectamente plana. Los buenos aros doblados producen un sonido amplio y abierto. Los aros moldeados, que parecen tener un mejor control de calidad, producen un sonido más seco, con menos sustain y con un ataque más afilado.
Herraje: Durante años, el sistema R.I.M.S. de Gary Gauger fue el único producto diseñado para minimizar la inhibición de la resonancia en la caja de los toms. Pero en la década pasada algunos fabricantes de baterías han introducido sus propias versiones, y ya que la patente original de los R.I.M.S. originales expiró, ahora es común encontrarse con algún tipo de sistema para aislar la resonancia. La razón es simple: estos sistemas hacen que los toms suenen mejor. Los bateristas insatisfechos con el sonido de sus toms “no suspendidos” deberían considerar el montaje de un sistema de aislamiento. Hay que estar conciente de que estos sistemas no hacen milagros en tambores realmente malos. Así que antes de hacer la inversión, comprueba cómo mejorará el sonido de tus toms suspendiéndolos en el aire entre el pulgar y el índice, y golpeándolos. Escucha si hay mejora en el sustain, particularmente en las frecuencias bajas.

Sordinas

Hasta ahora nos hemos centrado en el hecho de que los tambores produzcan el mayor volumen y resonancia. Pero existen situaciones en las que deberás reducir el volumen o algunas frecuencias particulares. Pero antes de que poner la cinta adhesiva, considera las siguientes sugerencias.
Selecciona el parche adecuado: Muchos de los parches de hoy tienen aros atenuantes u otras características de diseño que reducen los armónicos altos, por lo que es innecesario emplear una sordina adicional. Recuerda que aunque siempre puedes apagar un tambor con parches “vivos”, no puedes poner la resonancia que no existe en los parches “muertos”. Y cuando tengas dudas acerca de los requisitos de un trabajo en particular, es preferible tener resonancia. (Usualmente los bateristas de sesión no saben que tipo de sonido van a necesitar, por lo que llevan varios tambores para luego decidir).
Siempre afina primero: Debido a que las sordinas acentúan algunas frecuencias mediante la atenuación de otras, un tambor con sordina puede parecer estar afinado, y aún así no dar el mejor sonido posible. Haz los ajustes de afinación antes de colocar la sordina. Experimenta también con la eliminación de los armónicos agudos de los toms mediante la desafinación de un tornillo.
Experimenta: Si quieres apagar el sonido de los tambores, prueba con diferentes combinaciones de parches y materiales para sordina. Si lo que quieres es que todos los toms tengan el mismo tono en sus respectivas alturas, haz este experimento en uno solo para que no tengas que gastar una fortuna en juegos de parches y en sordinas. Con las sordinas que van colocadas en un lugar específico, experimenta con la posición sobre el parche, especialmente con la distancia respecto al aro. Es buena idea grabar el tambor con el que estas experimentando, manteniendo la misma afinación, y registrar verbalmente el nombre y la posición de la sordina , tal como “Moongel, posición de la una, a media pulgada del aro; posición de la una, a una pulgada del aro”. Haz lo mismo con diferentes materiales. Finalmente, prueba cada sordina con diferentes combinaciones de parche superior e inferior.
Los métodos de sordina han cambiado con los años. Las sordinas internas que presionan el parche batidor hacia arriba y distorsionan el movimiento y sonido natural del parche, se han unido al panteón de aparatos encantadores pero mal concebidos, como los cascos Ludwig Spiral Vistalite y los bombos Trixon. Si tus tambores los tienen, probablemente tendrás que sacarlos para evitar el zumbido, traqueteo y ruiditos que puedan producir.
La cinta duct o Gaffer, usada sola, con un pedazo de tela, papel sanitario o gasa, es un material muy utilizado como sordina ya que es barato, fácil de colocar en el parche, muy ajustable en cuanto al tamaño y a la profundidad y peso del acolchado, y capaz de mantenerse adherido en diferentes condiciones climáticas y situaciones de ejecución. Algunos bateristas estiran la cinta entre el parche y el aro metálico para “anclar” el parche y restringir aun más su vibración. Entre los productos comerciales similares está el Moongel de R-Tom, y los Flop Spots y Tone Control Dots, de Percussive Innovations.
Otra manera de eliminar los armónicos indeseados es colocar un aro o “dona”, cortado de un parche viejo, sobre el parche batidor. Este aro debe cortarse de la circunferencia más externa de la parte plana del parche usado. Los aros que tienen la parte de la curva del collar producirán un zumbido. Los aros más estrechos apagan el sonido menos que los más anchos. De igual forma, un cuarto o la mitad de una sección cortada de la circunferencia de la “dona” permiten que salga más del rango total del tambor, mayor volumen y sustain. Los Muff’ls de Remo llevan un poco más allá el concepto de sordina al presionar un aro o disco de goma espuma contra la superficie interna del parche, superior o inferior. La goma espuma se mantiene fija mediante una bandeja plástica que va colocada entre el casco y el aro metálico.
La norma en el bombo solía ser una cinta de fieltro. Últimamente, debido a que los bateristas están mas concientes de la importancia del contacto parejo del parche con el borde de apoyo, han dado paso a otros métodos. El uso de almohadas ha disminuido en las presentaciones en vivo, ya que muchos bateristas han retornado a un sonido más lleno y con mayor sustain, pero todavía se usan bastante en el estudio. El Pro Cushion de DW realiza la misma función, pero debido a que se fija a la parte interna del casco, pude colocarse con más seguridad. El EQ Pad de Evans incorpora un mecanismo patentado de “bisagra” de nylon que permite que la almohadilla rebote cuando se golpea el parche. Este rebote se produce en proporción con la dinámica de ejecución. Existen otras variantes caseras del tema de la almohada, como mantas de embalaje (completas o parciales) puestas en el “piso” del bombo, toallas enrolladas que tocan uno o ambos parches, o adheridas con cinta al parche batidor.
El moleskin (irónicamente vendido en Dr. Scholl como almohadilla para los pies) y gran cantidad de almohadillas y patches producidas comercialmente, son más usadas para proteger el parche batidor en el punto de contacto que por su efecto en el sonido.

Un poco de experimentación

Toda esta charla acerca de la importancia de la experimentación con diferentes parches y afinaciones provienen de un proviso de Craig Randall: “A menos que tengas mucho dinero para el tiempo en el estudio, has todos tus experimentos en casa, no cuando estés bajo la presión de una sesión de grabación o de un toque importante”, advierte. “No llegues con parches a los cuales no estés acostumbrado, o con una afinación que no hayas probado. Asegúrate de que sabes cual es “tu” sonido-tu propio punto de partida-para que puedas darle al ingeniero o productor algo con lo que continuar. Tu punto de partida debe ser aquello que conoces y con lo que te sientes cómodo. La diferencia entre un profesional y un amateur es su preparación.”
En cierta forma, la afinación tiene que ver con la preparación-la preparación para hacer la mejor música que puedas, bien sea en una arena de concierto o en un club local, en el estudio de grabación o en el garage de uno de tus compañeros de grupo. Si empleas tu tiempo para aprender a manipular el sonido de tu batería, la gente con la que trabajes apreciará el tiempo que no les haces perder, así como también la manera en que tu batería hace sonar mejor “su” música.

Conclusiones

Así como no existe un sonido “correcto” de tambor, tampoco existe una manera correcta de obtenerlo. Los objetivos de afinación de los bateristas varían, igual que los tambores mismos, las técnicas de ejecución y los requisitos de cada situación musical. No debe sorprender que también varíen los métodos para lograr esos objetivos. De ti depende el método de afinación que mejor funcione para ti.
Cualquiera que sea la técnica que escojas, siempre ten presente las relaciones que existen entre el tipo de parche, su grosor, su condición y su tensión, la sordina, y la acústica del lugar donde tienes que tocar. Explora muchos sonidos, incluso aquellos que no te gustan. Dale una oportunidad a las afinaciones y combinaciones de parches con las cuales no estás familiarizado, y piensa como esto te podrá ayudar cuando tengas que trabajar con productores que buscan “algo diferente”. Cuando cambien las exigencias de la industria discográfica estarás preparado.


Del video de Bob Gatzen (youtube).
Asentando el parche.
Una de las ideas de la vieja escuela de afinación establece que para asentar el parche hay que apretarlo mucho y dejarlo así de un día para otro. Bob Gatzen expresa que esto puede dañar el parche e incluso impedir su correcta afinación. Éste autor recomienda afinar el parche a la altura deseada, tocar el tambor durante unos cinco minutos y luego volver a afinar, de manera de asentarlo de manera natural.
Poniendo el parche a tono.
Gatzen señala que si se puede afinar el parche superior correctamente, no habrá problemas para afinar el inferior, ya que sólo es cuestión de emparejar y copiar el tono del superior en el inferior.
Para llevar el parche a la nota más grave del tambor, Gatzen explica que se debe emplear la secuencia de afinación de tornillos opuestos. A medida que se tensa cada tornillo con media o un cuarto de vuelta, se va golpeando el centro del parche hasta que éste empiece a resonar y producir un tono discernible. Explica Gatzen que hay que desarrollar la técnica con la llave de afinación, es decir, adquirir la sensibilidad de percibir los pequeños cambios de tensión al girar los tornillos.
Una vez llegado a este punto, empieza en realidad el proceso de afinación, que consiste en obtener el mismo sonido en cada uno de los tornillos del tambor. Para ello se van tensando los tornillos mientras se golpea con la baqueta en el parche a una pulgada de cada tornillo, al tiempo que se canta el sonido que se produce.
Afinando con más precisión (fine-tuning).
Para ajustar con mayor precisión la afinación del parche, se utiliza la técnica de tensión de afinación opuesta (OTT: opposite tuning tension). Si se tienen dos alturas distintas en dos tornillos opuestos, uno más alto que otro, se debe tensar el tornillo opuesto al que tiene el sonido más bajo, es decir, se debe tensar el tornillo que tiene el tono más alto, mientras se golpea el tornillo que está bajo. De esta manera, el tornillo que está bajo subirá la afinación.
Esta técnica también es muy útil cuando se tiene que afinar un tambor rápidamente, sin importar la condición en que se encuentre el parche.

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